lunes, 16 de mayo de 2011

Semana Santa, o la búsqueda de la felicidad


Supongo que la felicidad tiene un significado diferente para cada persona, que cada uno de nosotros la buscamos a nuestra manera o nos dejamos encontrar por ella de formas distintas. Nuestra última Semana Santa no fue una búsqueda, sino más bien un encuentro cara a cara con ella…


Para S., la felicidad consiste en estar rodeado de sus amigos, da igual cómo, cuándo o dónde. En ver puestas de sol. En bañarse en una piscina un vez pasada la hora oficial de cierre.


Para J., en cambio, se trata de sacar al espíritu salvaje que no sabía que llevaba dentro a lomos de una moto y pensar en la que va a comprarse una vez en Madrid. En reunirse con su amigo de la infancia y darse cuenta de que todo sigue igual a pesar del tiempo y la distancia.


Para A. es un mercadillo, un gofre de chocolate, un paseo por la playa, una copa de ginebra, un pescado a la parrilla.


Para T., la felicidad se parece mucho a un reencuentro con amigos que conoció por azar un día y con los que le queda compartir muchas pizzas familiares, y sabe a arena (a veces del desierto y a veces de playa) y a culines de sidra futuros.


Para P., sabe a Kingfisher y le descubre mundos que no sabía que existían ni pensaba que le gustarían, y además dice su nombre bien alto y con voz de pito.


Para D., consiste en probar comidas raras, cuantas más mejor, y mirar a su alrededor entre sorprendido, alucinado y divertido, y en pensar en compartirlo con ella a la vuelta.


Yo, en cambio, lo tengo muy muy claro: la clave está en las palmeras… ;)


GRACIAS POR VENIR

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