martes, 23 de agosto de 2011

Tigre a la vista

No sé si Murphy llegaría a pronunciarse en alguna ocasión sobre el tema, pero encaja bastante con su filosofía que, si en 4 meses de trabajo sólo hay 2 festivos, estos serán SEGUIDOS... Así que tras disfrutar de un merecido lunes libre la semana pasada, esta también la hemos empezado en martes porque ayer se celebraba la festividad de "San Krishna". Así que una vez más aprovechamos para hacer un viajecito y descubrir la India profunda. En un principio, el viaje iba a ser una sorpresa, pero S. optó por consultarme antes por si las moscas.

- ¿Te apetece ir a Jim Corbett?
- ¿Pero no estaba muy lejos?
-.Qué va, a 4 horas, te dije que estaba muy lejos para que no me chafaras la sorpresa...

El Jim Corbett es un parque nacional fundado por un británico para la conservación de especies en peligro de extinción, en especial el tigre de Bengala. La última vez que fuimos a un parque natural no vimos absolutamente nada, así que no fuimos con grandes expectativas, pero esta vez el principal aliciente era el alojamiento: una casita en un árbol, el sueño de todo niño urbano que se precie... y de muchos no tan urbanos. 

Aprovechando el lunes libre, decidimos salir el sábado a primera hora en vez del viernes a última, y a las 7 de la mañana estábamos en camino contando con llegar a eso de las 12. Pero como en India nada nunca sale según lo previsto, nos encontramos con que la carretera principal estaba cortada por las lluvias y la alternativa era esto (que no sé hasta qué punto puede llamarse carretera):





En circunstancias normales (o sea, en un país normal), me parecería irresponsable aventurarse por estos caminachos con nada que no sea un 4x4... en esta ocasión íbamos en un Tata Indigo:

 Pero, como en el cuento del viejo y los altramuces, siempre hay quien está peor:


Finalmente, tras perdernos un par de veces, pasar muchos nervios y 10 horas de viaje, llegamos a Ashoka's Tiger Trail resort y a nuestra casita del árbol, más bien pequeña y muy muy sencilla, pero en un ÁRBOL al fin y al cabo:






Las vistas desde la terraza de la "entreplanta" eran estas:


Y fue allí, en la terraza, en torno a las 7 de la tarde, cuando tuvo lugar el acontecimiento al que hace referencia el título de esta entrada. S. se encontraba apoyado en la barandilla, de espaldas al paisaje. Yo miraba a la lejanía con más agotamiento que intencionalidad:

- Es bonito, ¿no? Te lo pregunto porque estoy demasiado cansado como para poder valorar por mí mismo.
- Sí, es muy... !!!!Coño, UN TIGRE!!!!

S. se dio la vuelta sobresaltado (¿Dónde, dónde?), pero para entonces el tigre, aunos 200 metros de la casa, ya se había adentrado en la vegetación. Mi espectacular descubrimiento duró apenas 3 segundos en los que parecía que el corazón se me iba a salir del pecho. Seguimos escudriñando los matojos (cada vez con menos esperanza y luz natural), pero creo que en el fondo los dos sabíamos que la búsqueda visual no daría frutos. Pasados 5 segundos vimos un búfalo:

- A lo mejor eso era tu tigre.
- No creo, porque el mío era naranja y tenía rayas, IDIOTA :-P

Creo que nunca he dormido peor en India: había miles de bichos (que antes de dormir vimos caer con una regularidad pasmosa sobre las almohadas) y el ruido de fondo (la naturaleza en estado puro) hacía que fuera difícil conciliar el sueño, pero creo que el hecho de que los tigres hubieran pasado de utopía a realidad tampoco ayudó. Eso sí, de esa noche conservo una de las imágenes más bonitas que posiblemente me lleve de aquí: el camino de la cabaña al restaurante bajo la arboleda, "decorada" con tantas luciérnagas que costaba creer que no fueran luces de navidad. 

El día siguiente lo pasamos vagueando y dividiendo el tiempo entre la casita y la piscina, y el momento surrealista del día se produjo cuando pretendíamos salir a cenar y nos encontramos a 7 indios armados con palos a los pies de nuestra cabaña. "No go down! No go down!". A los 10 minutos nos informaron de que ya podíamos bajar. "¿Qué pasa?". "Nothing, nothing". Insistimos. "A jungle cat". A mí casi me da un patatús porque me dio la sensación de que nos decían eso porque no sabían decir pantera/leopardo/guepardo, pero tal y como pensó S., se trataba de una especie de gato montés, que tampoco está nada mal como anécdota para antes de cenar...

Fuente: Wikipedia
El último día decidimos madrugar para dar un paseo guiado por fuera de la verja del hotel (electrificada). Lo que no esperábamos para nada era encontrarnos con esto:



¿"Jungle cat"? "No, tiger, Sir!" Nos miramos y seguimos andando. En este tipo de situaciones, uno tiene que asumir que su guía sabe lo que hace por muchas pruebas que tenga de lo contrario...

- ¿Alguna vez has visto un tigre durante uno de estos paseos?
- Sí, una vez, justo aquí. 
.- ¿Y qué hiciste?
-.Quedarme muy quieto, no podía hacer nada más, sólo tenía un palo...

Nos volvimos a mirar: eso era un palo más de los que teníamos esta vez... Ninguno dijo nada, pero creo que nos sentimos bastante aliviados una vez pasada la verja... 

Salimos para Delhi a las 9.30. El camino nos dejó estampas curiosas, y de alguna incluso pude hacer foto:




Y a medio camino sucedió lo único realmente previsible de todo el viaje:


Un viaje más en el que el surrealismo ha sido la nota reinante. 
¿Qué será de nosotros cuando no nos pase nada? ;)













1 comentario:

  1. De vosotros no sè,pero si sè de cuatro personas en España que dormiran mucho màs tranquilas,jeje

    ResponderEliminar