viernes, 21 de enero de 2011

Cosas que (me) pasan

Después de ver la muerte reflejada en los ojos de una horrenda y pulgosa criatura llamada mono, cometí el error de pensar que mi día no podía ser más surrealista. Pero podía. Vaya si podía.

Tras el episodio del mono, y con las piernas aún temblorosas, volví al FRRO a intentar (otra vez) cumplir con mi obligación ciudadana y registrarme como extranjera residente. Y lo conseguí... en el tiempo récord de 15 minutos. Un caso digno del programa de Iker Jiménez. Salí de allí con paso firme y de nuevo sin mirar atrás por si se arrepentían, y en la puerta tuve esta microconversación con un señor que pasaba por allí:

- Madam, are you French?
- No, Spanish.
- Bah!

Aún sigo dándole vueltas a qué se supone que quería decir... Llegué a casa, me puse a comer y me dispuse a disfrutar de una tarde tranquila, y ahí fue cuando sonó el teléfono:

- ¿Srta. Aída Ramos?
- Sí, ¿quién es?
- Le llamo del FRRO. ¿Ha estado Ud. aquí esta mañana?
(Ahí es cuando pensé: Mierda, se han arrepentido)
- Sí, ¿por qué?
- Porque se ha olvidado algo...

¿Qué se me ha podido olvidar? Entonces caigo. Digamos que cierto documento identificativo. Mierda, mierda y mierda. Bajo a la calle en busca de un rickshaw que me lleve de vuelta. Me para uno que ya lleva pasajero, que resulta ser amigo del conductor y se ofrece a llevarme siempre que por el camino paremos en una tienda. Lo que me faltaba. No gracias... Espero a que pase otro y me aborda una mujer:

- ¿Eres extranjera?
- Sí
- ¿De qué país?
- De España.
- Qué bien. Me gusta España. Antes eran musulmanes, ¿sabes?
- (Sí, algo he oído). ¿Tú eres musulmana?
- Sí, y quiero ir a España y conocer Granada.
- Muy bien, te gustará, es muy bonita.
- También hay mezquitas.
- Sí, hay muchas mezquitas.

Viene un rickshaw, y le ofrezco 100 rupias por llevarme, esperarme un minuto y volver. Acepta. Llego. Recupero el documento. Doy las gracias muy efusivamente a la persona que me ha llamado. Vuelvo al rickshaw sin poder creerme la suerte que he tenido. Y por el camino, otro rickshaw le da un golpe en el lateral, como si estuviéramos en los coches de choque. Mi conductor decide seguirle el juego, y le da por detrás... a propósito. Lo solucionan amistosamente y llego a mi casa sana y salva. No tengo muy claro si debería salir esta noche o quedarme en casa para no tentar a la suerte...


P.D. La foto es "de archivo", no me he atrevido con la cámara por si acaso su madre andaba cerca...

 

5 comentarios:

  1. Tienes pensada volver viva??? Aunque como sigas así cuando vuelvas a Madrid tu vida aquí te va a parecer de lo mas tranquila y aburrida sin ningún tipo de sobresalto, aventura o posibilidad de tentar a la muerte jajajaja Deseo leer tu próxima hazaña

    ResponderEliminar
  2. Jajajaja, volver, y volver viva, es el único plan concreto que tengo, amiga! ;)

    ResponderEliminar
  3. Prima!!!!Al ritmo que vas te cierran el blog por superar el límite de entradas!!!! jajajaja. Te esta cundiendo que no veas.........y no llevas ni un mes!!!!!! Porfa ten cuidado que yo te quiero enterita pa la vuelta.

    ResponderEliminar
  4. Màs te vale volver "vivita y coleando" que sino voy y te mato yo,jajaja.Te quiero.Besos

    ResponderEliminar