jueves, 20 de enero de 2011

Vuelva usted mañana

Podría decir que este país me desespera, que me cabrea, que me puede, pero no sería justo... ni cierto. Lo que sí puedo decir sin faltar a la verdad es que me agota. En los días buenos, desgasta los sentidos, y en los menos buenos el desgaste es mental. Especialmente si anda de por medio la administración pública. Quien lo probó lo sabe, y todo extranjero que haya vivido en la India más de los 180 días que establece la legislación sabe que el purgatorio no es ese "fuego interior" del que habla el Papa, sino una oficina mal iluminada y mal-oliente llamada FRRO (Foreigner Registration Regional Office). Si el extranjero en cuestión tiene previsto quedarse en India más de los 180 días mencionados, entonces está obligado a registrarse en estas oficinas... si le dejan. 



Inocente de mí, no sabía lo de los 180 días la primera vez que estuve aquí y, como buena ciudadana que soy, acudí diligentemente a proceder con el registro. Me tiraron a la primera: Te falta la carta de la universidad o centro de estudios. Vuelve mañana. Bien. En la universidad intento matricularme pero no me dejan... porque mi visado es sólo de seis meses. Vuelvo a la infame oficina. No te podemos registrar, tu visado es de seis meses. Bien, ¿me lo amplían? No te podemos ampliar el visado, porque te falta un documento que pruebe que estás matriculada en la universidad. Claro, porque no lo estoy. Frustración. Tan clara, que una hippie australiana allí presente se levantó de su silla para darme un abrazo. Que, dicho sea de paso, ahora parece cómico, pero en su día fue más surrealista de lo que yo podía aguantar. Me eché a llorar. Ahora, por supuesto, lo veo con otros ojos: forma parte de la experiencia, si no te abraza una hippie es como si no hubieras estado. 

Pasado ese trance que ahora me parece tan lejano, llega el momento de volver: ahora que tengo visado de estudiante para un año (los innumerables pasos que tuve que dar para completar el proceso dan para otro post que no pienso escribir) sí que estoy obligada a registrarme. Sólo que no estudio en ninguna universidad, sino en dos centros de idiomas en los que pretendo seguir hasta septiembre, pero en los que por el momento y hasta que organicen la próxima tanda los cursos acaban a finales de mayo. Consigo que me firmen una carta sin fechas (para eso, por suerte, no suele haber problema, aquí te firman lo que quieras), y el FRRO me responde que vuelva mañana... con una carta con fechas. La pido. Llego hoy. Quien me la tiene que firmar no está. "Pero vuelve mañana". Continuará...

Dedicado a Marmarmuskan, que sabe de lo que hablo. 
May the Force be with you... Paz interior xxx   



4 comentarios:

  1. Está claro que yo no puedo quejarme: http://comounlibroabierto.wordpress.com/2011/01/19/el-castillo/

    Me ha encantado lo de "forma parte de la experiencia, si no te abraza una hippie es como si no hubieras estado". ¡Un abrazo y mucha suerte con todo!

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  2. En todas partes cuecen habas, amigo, sólo que en algunas las acompañan con curry y en otras con bacalhau... ;)

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  3. Un abrazo de una hippie australiana??? Creo que la próxima experiencia es un número musical a lo Bollywood con el funcionario subido a la mesa bailando en sincronía con la hippie....

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  4. A mi una hippie de nacionalidad indeterminada me lamió un brazo en un concierto en Barcelona... la palabra surrealismo se quedaba corta ;)
    Te echo mucho de menossssssss

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